domingo, 13 de marzo de 2011

Una solución en busca de un problema

Leo en el Arte de Empezar, de Guy Kawasaki, numerosos comentarios que evidencian la gran lucidez de su autor. Entre otros, hay una reflexión acerca de la manera en que un emprendedor debería exponer su proyecto ante posibles compradores o inversores. Textualmente Kawasaki dice que hay que evitar que nuestra genial idea dé la impresión de ser una "solución en busca de un problema" y no algo que sea realmente útil para futuros clientes.
Esto me hizo reflexionar. ¿Será el coaching algo parecido? ¿Será una solución en busca de un problema? O dicho de otro modo, ¿qué problemas resuelve realmente el coahcing?
Podría echar mano de libro de texto o de manual de consultor y exponer un listado de ventajas del coaching, pero me temo que muchos lo entenderán como una respuesta de escaso valor real, incluso como "pájaros y flores", que dirían los anglosajones. Prefiero tirar de vivencias y casos reales, casos de mayor o menor éxito, sin duda, pero cargados con el valor de la honestidad.
El primer caso de éxito (aunque no el único, os lo aseguro) lo he vivido en primera persona. Puedo constatar que el coaching me ha servido para orientar mi vida más coherentemente con los principios y valores que defendía, a ser más dueño de mis actos y, sobre todo, dejar de ser ese calimero lastimoso que pasaba por la empresa y la vida echándole a los demás la culpa de todo lo que me pasaba.
Ahora no es que la vida sea de color de rosa para mí, pero al menos es mi vida, la que yo he elegido, con mis aciertos, que disfruto un montón, y mis errores (muchos) de los que aprendo para ir corrigiendo el tiro de mi vida en todos los ámbitos, como marido, como padre, como profesional, como amigo, como escritor, como coach...
Realmente no creo que el coaching sea una solución en busca de un problema, porque los problemas ya los tenemos, que el coachig sea una solución a ellos dependerá de nosotros, sólo de nosotros mismos.

Un abrazo

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