domingo, 30 de enero de 2011

El valor de la coherencia

Uno de los aspectos que genera más desconfianza hacia una empresa es la falta de correspondencia entre los valores enunciados públicamente y la actitud de los trabajadores o directivos de la empresa.
Hay empresas que emprenden procesos de rediseño estratégico, redefiniendo su misión, su visión, sus valores, etc., como si se tratara de una moda, algo por lo que hay que pasar para quedar bien ante el mercado, pero cuyos resultados, luego, no se trasladan a la cultura, a la operativa y al sentir de sus miembros.
Yo he sido testigo de un proceso estratégico de este tipo, para una gran organización, diseñado con una suma exigencia en cuanto a rigor y calidad. Sin embargo, cuando se publicaron los resultados y se lanzó el plan de comunicación para hacerlo extensivo a toda la organización no se alcanzaron los objetivos esperados. Las personas veían este proceso como un intento de disfrazar a la organización con un papel de celofán precioso, que apenas escondía un interior que no tenía nada que ver con lo que decía el envoltorio. Los comentarios más jocosos y crueles se referían a lo que los valores enunciaban respecto al enorme valor (valga la redundancia) que se otorgaba a su personal. Los trabajadores de esta organización tenían una impresión bien distinta. En la práctica, hacía ya bastante tiempo que el personal se sentía mayoritariamente (no en todos los casos, como es lógico) como una fuerza mercenaria a la que se le pagaba mal y se la trataba peor. ¿Se puede entender la desconfianza, o incluso el rencor, que puede suscitar una declaración grandilocuente respecto al personal cuando éste percibe justo lo contrario? ¿Se puede imaginar para qué sirven unos valores que en la práctica están tan alejados de la "realidad" percibida por uno de los elementos nucleares de toda organización (y más aún, en una organización de servicios) como es el personal que la integra? Porque la sensación general fue que si este valor enunciado tenía tan escasa credibilidad, con los demás valores podría pasar lo mismo.
No, los valores, al igual que la misión de una empresa, no pueden ser algo que se enuncie porque "está de moda" o porque "todos están haciendo lo mismo". Esto podría conducir a convertirlos en algo inútil y motivo de chiste (recuerdo, por ejemplo, en una presentación de Guy Kawasaki, la viñeta de Dilbert en la que salía una Misión estándar, prototípica, que podría valer para cualquier empresa, y se titulaba: "La Máquina de Estabecer Misiones")
El problema no simplemente que no sirvan para nada, es algo peor. Cuando se dice una cosa y se hace otra. la credibilidad de la empresa en su conjunto está en entredicho y eso sólo puede llevar a la ruina.
Por eso comparto la cita de Jack Welch, el mítico CEO de General Electrics, que leí en un libro de Cubeiro: "El que consigue los objetivos establecidos pero no de acuerdo a los valores de la compañía es candidato al despido".
En efecto, creo que el verdadero valor está en la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Por este motivo, hemos sido especialmente cuidadosos al establecer los valores de nuestra recién nacida empresa Poder Ser Más, para que se ajusten en la totalidad a nuestro hacer y nuestro sentir. Estos valores podéis verlos en la página www.podersermas.es
Un abrazo

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